El infatigable rover Curiosity de la NASA ha encontrado una de las pruebas más contundentes hasta la fecha de la habitabilidad pasada de Marte. Pero también de la fragilidad de este ecosistema habitable.
El hallazgo. Curiosity llegó a Marte el 6 de agosto de 2012. Cubierto de polvo y con las ruedas deterioradas, sigue explorando metódicamente el cráter Gale en el que aterrizó. En un tramo de 89 metros de estratos rocosos, en las laderas del monte Sharp, un descubrimiento ha llamado la atención de los científicos.
Según un estudio publicado en la revista Science, los instrumentos de cristalografía de rayos X y análisis de gases de Curiosity han detectado grandes cantidades de siderita, un mineral de carbonato de hierro, entre rocas ricas en sulfatos.
Por qué es importante. Aunque ya se habían detectado carbonatos en Marte, este descubrimiento es excepcional por varias razones. Primero, la abundancia de siderita: alcanza entre el 4,8 y el 10,5% del peso de tres muestras perforadas, que han sido bautizadas como Tapo Caparo, Ubajara y Sequoia.
Segundo, la pureza de la siderita. Es casi FeCO3 puro, con muy poco magnesio o calcio, lo que contrasta con otros carbonatos marcianos. Tercero, su coexistencia con sales altamente solubles en agua: sulfatos de calcio y sulfatos de magnesio. Todo esto encaja con un antiguo proceso de evaporación.
Qué nos dice del Marte antiguo. La formación de esta siderita implica que la atmósfera marciana contenía suficiente dióxido de carbono para disolverse en agua y reaccionar con las rocas. Al precipitar como mineral, el CO2 quedó secuestrado en las rocas. El cráter Gale fue un lago que se fue secando poco a poco con el tiempo, dejando atrás estas capas de diferentes sales o minerales.
El estudio estima que las muestras recientes podrían albergar entre 2,6 y 36 milibares de CO2 atmosférico, hasta seis veces la presión actual de CO2 en Marte, confirmando que alguna vez hubo un depósito de carbono importante interactuando con el agua superficial, un requisito clave para la habitabilidad.
Un ciclo incompleto. Pero la historia no acaba ahí. El equipo encontró pruebas de que parte de la siderita que se formó fue destruida posteriormente. Una muestra cercana (apodada Canaima) carecía de siderita, pero contenía abundantes oxihidróxidos de hierro. Las muestras con siderita (Tapo Caparo, Ubajara, Sequoia) también contenían estos óxidos en cantidades variables.
Los investigadores creen que se debe a un proceso de diagénesis. Fluidos posteriores interactuaron con las rocas, disolviendo parcialmente la siderita. Esta destrucción oxidó el hierro formando los oxihidróxidos, y liberó parte del CO2 previamente secuestrado de nuevo a la atmósfera. Este ciclo de formación (secuestro de CO2) y destrucción parcial (liberación de CO2) constituye la mejor evidencia hasta ahora de un antiguo ciclo del carbono en Marte.
Sin embargo, la persistencia de siderita indica que fue un ciclo parcial e incompleto: se secuestró más carbono del que se liberó posteriormente, a diferencia del ciclo de carbono del planeta Tierra, que ha mantenido un mayor equilibrio a lo largo del tiempo geológico.
Una habitabilidad frágil. El descubrimiento refuerza la idea de un Marte primitivo habitable con agua líquida interactuando con una atmósfera rica en CO2 hasta que se acabaron los días cálidos y húmedos. Nos dice que el planeta fue habitable, pero también que la habitabilidad es algo muy frágil.
Quizá una lección sobre la estabilidad climática de nuestro propio planeta ante el cambio climático. Marte, una vez más, sirve como laboratorio planetario para comprender la evolución y la fragilidad de los mundos habitables.
Imagen | NASA
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La noticia
El rover Curiosity ha encontrado su mejor pista hasta ahora de que Marte fue un planeta habitable
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Matías S. Zavia
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