Los hutíes dicen haber atacado un portaviones de EE.UU. después de que Washington matara a varios de sus líderes


Menos de 24 horas después de la operación a gran escala ordenada por Donald Trump contra posiciones hutíes, el grupo yemení informó de un ataque con 18 misiles y un dron contra el portaaviones estadounidense Harry S. Truman. El portavoz militar hutí, Yahya Saree, habló de una «operación cualitativa» contra el buque enemigo, aunque poco después del anuncio fuentes de defensa de Estados Unidos aseguraron a la agencia Reuters “desconocer” la existencia del ataque. Los rebeldes de Yemen, que forman parte del ‘eje de la resistencia’ apoyado por Irán en la región junto a otros grupos como Hizbolá, acusaron a Estados Unidos de haber matado al menos a 31 personas y herido a 101 en los bombardeos del sábado. Anis al-Asbahi, portavoz del ministerio de Salud, aseguró que “la mayoría de las víctimas son niños y mujeres”. Las bombas de Estados Unidos golpearon en la capital Sana y en las provincias de Saada, Al-Bayda, Hajjah y Dhamar. Abdel-Malik al-Houthi, gran líder del grupo, dirigió a la nación un discurso televisado tras la operación enemiga para decir que “si Estados Unidos continúa su agresión, continuaremos la escalada”. La versión yemení es totalmente distinta de la que ofrece Washington ya que Michael Waltz, asesor de seguridad nacional de Trump, describió los ataques como exitosos y efectivos y dijo en la cadena Fox que «atacamos a los líderes hutíes, eliminando a varios de sus líderes clave anoche, su infraestructura, los misiles”. Apoyo a Gaza Los hutíes parecen dispuestos a plantar cara a Trump tras recibir el primer ataque a gran escala ordenado por el presidente desde su regreso a la Casa Blanca. Nasruddin Amer, subdirector de la oficina de prensa del grupo yemení, escribió en su perfil de X que «Sanaá seguirá siendo el escudo y el apoyo de Gaza y no la abandonará ante los desafíos». Desde el estallido de la guerra en Gaza tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, los hutíes comenzaron a atacar barcos mercantes vinculados con Israel y Estados Unidos y lanzaron misiles contra territorio israelí. El secretario de Estado, Marco Rubio, les acusó de haber atacado a 175 barcos mercantes y militares e indicó que los bombardeos del sábado “no son un mensaje ni un hecho aislado. Los ataques continuarán hasta que se elimine su capacidad para atacar el transporte marítimo mundial”. Trump recoge en este caso el testigo de Joe Biden y sigue su mismo camino con la orden de atacar a los hutíes. Uno de los problemas para Washington es que los hutíes salen de una guerra contra Arabia Saudí que estalló en 2015 y desde entonces todos los objetivos bombardeables ya han sido castigados, por lo que no queda mucho margen para ataques que puedan afectar a la operatividad de la milicia. Los expertos en grupos paramilitares coinciden en la dilatada experiencia militar del grupo, que les ha permitido descentralizar sus operaciones y ocultar sus bases y campamentos, los hutíes han demostrado además un gran dominio de la propaganda. El tono que emplean los rebeldes en sus comunicados es desafiante y suelen repetir que “Yemen será la tumba de EEUU”, una frase similar a la que empleaban los talibanes en Afganistán. Para los hutíes los ataques de Estados Unidos son una especie de victoria porque han conseguido elevar su lucha de un plano doméstico a uno internacional con una superpotencia frente a ellos. El apoyo militar iraní es fundamental para que los hutíes puedan realizar estas operaciones en el Mar Rojo que tienen un impacto mundial debido a los problemas que generan en el tráfico marítimo. Pese a la carta enviada por Trump a Alí Jamenei para retomar el diálogo atómico que él mismo rompió en 2018, el pulso entre Washington y Teherán está muy lejos de resolverse y un posible ataque a las instalaciones nucleares de la república islámica sigue sobre la mesa. Las operaciones contra los hutíes forman parte de este pulso, que tiene a Israel de fondo y del que han desaparecido otros actores como Hizbolá. E l frente yemení se reactiva y el vecino Omán, mediador tradicional en este tipo de escenarios, fue el primer país en mostrar su “gran preocupación”. El ministerio de Exteriores emitió un comunicado para alertar del riesgo que supone el “aumento de la inestabilidad en la región”. Stéphane Dujarric, portavoz de Antonio Guterres, secretario general de la ONU, también emitió un comunicado para recordar que “cualquier escalada podría exacerbar las tensiones regionales, alimentar ciclos de represalias que podrían desestabilizar aún más a Yemen y la región, y plantear graves riesgos para la ya grave situación humanitaria del país”.